Es un tira y afloja entre lo que realmente queremos y aquello que se confunde con el albedrío social y la presión de un mundo tan ajeno a nosotros mismos como un universo sin sol.Un instinto libre e impulsivo reprimido y controlado por las reglas humanamente deshumanizadas. Esta tan grabado en nuestro subconsciente que apenas percibimos la diferencia.Será que nacimos queriéndonos casar y tener muchos hijos con la única posible persona de nuestra vida y nos perdimos en el camino?Es posible que tan solo exista un alma gemela para cada uno de nosotros capaz de amarnos eternamente y pasamos toda la vida equivocándonos?. Generalmente pensamos que somos un buen partido si se nos sabe jugar bien, pero quizás todavía no hemos aprendido las reglas del juego. Bromas aparte, entre toda esta confusión de la búsqueda y captura de la persona ideal, nos olvidamos de la realidad más evidente de nuestro ser. La característica más simple e imprescindible : El amor.Aquel que normalmente no llega en caballo blanco lleno de promesas y expectativas, el que no pretende tener las curvas perfectas y la guia completa del Kamasutra, el que nunca se paseó por las mil y una noches ni acabo dejando este mundo por la chica del balcón.Tengo fe de que el amor del que hablo es una cualidad con la que venimos a este mundo, un sentido de conexión divina con la vida y todo lo que nos rodea, algo que nos hace libres e independientes al mismo tiempo que nos une al ombligo del Universo.En que momento empezamos a aprisionarnos de miedo, el opuesto del amor, y acabamos encarcelados en un mundo lleno de juicios y limitaciones? Quizás papa y mama, el vínculo mas primario, nos enseñó una idea parcial y separatista, dramática e inquisidora, injusta y sexista, reprimida y llena de condiciones del amor o quizás, todo lo contrario. En cualquier caso, nuestro primer mundo se desarrolla entre cuatro paredes, de personas educadas entre cuatro paredes, para salir a un mundo controlado por paredes, muros, reglas, fronteras, juicios, status, apariencias, poder, egos....El amor no es ciego, abramos los ojos.